La lactosa es el principal carbohidrato presente en la leche. Se trata de un disacárido, es decir, un azúcar compuesto por dos unidades: glucosa y galactosa.
Para poder ser absorbida por el organismo, la lactosa debe ser digerida en el intestino delgado mediante una enzima llamada lactasa, que separa estas dos moléculas simples de manera que puedan ser absorbidas.
¿Qué ocurre cuando falta lactasa?
Solo entre el 25 y 35 % de los adultos continúan produciendo suficiente lactasa durante toda su vida, lo que se conoce como persistencia de lactasa.
Sin embargo, la mayoría de la población mundial (entre el 65 y el 75 %) experimenta una disminución natural de esta enzima tras la infancia, lo que se denomina no persistencia de lactasa.
En estos casos, la lactosa no digerida llega al colon, donde es fermentada por bacterias, lo que puede provocar síntomas como:
- Hinchazón
- Gases
- Diarrea
- Náuseas
Este conjunto de síntomas se conoce como intolerancia a la lactosa o malabsorción de lactosa.
¿Por qué algunas personas con baja lactasa no tienen síntomas?
La severidad de los síntomas no solo depende de la cantidad de lactasa intestinal, sino también de la actividad de la microbiota intestinal. Algunas bacterias del colon, como Lactobacillus y Bifidobacterium, poseen su propia versión de lactasa (β-galactosidasa), que puede ayudar a digerir la lactosa. Sin embargo, la fermentación bacteriana también produce gases y otros subproductos que, en algunas personas, desencadenan molestias.
Una nueva estrategia: ¿prebióticos en lugar de restricciones alimentarias?
Tradicionalmente, la intolerancia a la lactosa se ha abordado limitando o eliminando los lácteos. Pero esta medida puede reducir el consumo de nutrientes esenciales como calcio, vitamina D y proteínas.
La ciencia ofrece una alternativa prometedora: modular la microbiota intestinal mediante el uso de prebióticos, especialmente galactooligosacáridos (GOS). Estos compuestos:
- Estimulan el crecimiento de bacterias beneficiosas con actividad β-galactosidasa
- Mejoran la digestión de la lactosa
- Reducen la producción de gases
- Tienen potencial antiinflamatorio local
¿Qué dicen los ensayos clínicos?
Estudios recientes han mostrado que el uso de GOS puede:
- Aumentar las bifidobacterias en el colon
- Disminuir los síntomas gastrointestinales
- Mejorar la fermentación colónica
- Ofrecer beneficios antiinflamatorios
Un enfoque más natural y sostenible
El uso de prebióticos como los GOS representa un enfoque fisiológico y personalizado para el manejo de la intolerancia a la lactosa. En lugar de evitar los lácteos por completo, esta estrategia busca adaptar y fortalecer la microbiota intestinal, promoviendo una digestión más eficiente y reduciendo las molestias.
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